Doyle Hamm, cuya ejecución está programada en Alabama para el 22 de febrero, después de 30 años en el corredor de la muerte, ha recibido una suspensión de la ejecución, pero la fiscalía ha recurrido. A Hamm se le ha diagnosticado un cáncer linfático. El estado de sus venas puede convertir su ejecución en inconstitucional.