Anvar Khezri, Farhad Salimi, Kamran Sheikheh y Khosrow Basharat, todos ellos pertenecientes a la minoría kurda suní de Irán, están en grave peligro de ejecución en la prisión de Ghezel Hesar, provincia de Alborz, en medio de la creciente oleada de ejecuciones en todo el país y tras las ejecuciones arbitrarias de otros tres hombres kurdos iraníes entre noviembre de 2023 y enero de 2024, juzgados en su misma causa. Los siete hombres fueron declarados culpables de “corrupción en la tierra” (ifsad fil-arz) y condenados a muerte en un juicio manifiestamente injusto y empañado por denuncias de tortura y otros malos tratos.