El preso kurdo iraní torturado Kamal Sharifi, encarcelado injustamente desde 2008, ha sufrido daños irreparables en su salud y ve peligrar su vida debido a la privación deliberada y prolongada de asistencia médica especializada adecuada para tratar su enfermedad cardiaca y otros problemas de salud. Con tan mal estado de salud, corre mayor riesgo de muerte o enfermedad grave si contrae la COVID-19 en prisión. Las autoridades también lo han privado de recibir visitas familiares durante casi 14 años, causándole gran sufrimiento.
