La médica Tatyana Revva, que trabaja en un hospital de Kalach del Don, en el sur de Rusia, sigue afrontando represalias por denunciar la falta de equipos de protección individual y otros problemas laborales en el contexto de la pandemia de la COVID-19. Ha recurrido una sentencia dictada por un tribunal el 23 de julio que rechazaba una demanda civil que ella había presentado contra el hospital por imponerle amonestaciones disciplinarias.