El 25 de junio, el Tribunal Militar de Apelaciones ruso confirmó la sentencia condenatoria del defensor de los derechos humanos tártaro Emir-Usein Kuku, natural de Crimea, y de otros cinco encausados. Todos ellos son presos de conciencia, condenados en juicios injustos a largas penas por cargos falsos, y deben quedar en libertad.