El presidente Janos Ader ha firmado una ley dirigida contra las ONG húngaras que reciben fondos del exterior, alegando que pueden representar “intereses extranjeros”. Una vez entre en vigor, la ley pasará a ser una nueva herramienta para desacreditar e intimidar a las ONG y mermar su capacidad para proteger los derechos humanos y proporcionar valiosos servicios a la población húngara.