El gobierno nicaragüense ha intensificado recientemente una campaña de difamación contra Vilma Núñez de Escorcia y contra la organización de derechos humanos que esta mujer preside, y Amnistía Internacional teme que puedan lanzarse ataques directos contra esta activista, contra sus colegas y contra los familiares de todos ellos. Además, desde enero hasta marzo de este año, Vilma Núñez de Escorcia ha recibido amenazas de muerte telefónicas.