Un total de 20 ciudadanos egipcios y 10 emiratíes, entre los que hay al menos tres presos de conciencia, han sido declarados culpables en un segundo juicio masivo, que se ha visto empañado por violaciones de derechos humanos. No tienen derecho a apelar contra la sentencia, lo que constituye un incumplimiento de las obligaciones contraídas por Emiratos Árabes Unidos en virtud del derecho internacional de los derechos humanos.