Continúan en toda Tailandia las detenciones arbitrarias y las amplias restricciones tras la imposición de la ley marcial el 20 de mayo. Las personas detenidas suelen permanecer en régimen de incomunicación, y al quedar en libertad sufren graves restricciones de su derecho a la libertad de expresión, reunión pacífica y circulación. Las autoridades están comenzando a procesar a civiles en tribunales militares.