El 1 de diciembre de 1999, las autoridades australianas intentaron sin éxito expulsar a Libia a un solicitante de asilo libio y su familia. A Amnistía Internacional le preocupa mucho que puedan volver a intentar expulsarlo de un momento a otro. La organización cree que, si es devuelto a su país, el solicitante de asilo correría un grave peligro de ser torturado.
