Los derechos humanos son universales. Pertenecen a todas las personas en todas partes, desde el momento de su nacimiento y con independencia de dónde vivan, cuál sea su género o raza o su contexto religioso, ultural o étnico. Los derechos humanos permiten que todo el mundo viva con dignidad, seguridad y libertad. Son inalienables: nunca pueden suprimirse