Un defensor de los derechos de las personas migrantes recibió una serie de llamadas telefónicas amenazadoras de un individuo que decía pertenecer a un importante cártel de la droga y que lo amenazó y extorsionó. El defensor y sus colegas de un refugio para migrantes situado en el estado de Tabasco, sureste de México, habían estado trabajando recientemente en una serie de casos de secuestros colectivos y violencia sexual contra migrantes en la región.