EE.UU: Mirar para otro lado, el gobierno aparta la mirada mientras los jueces dictan resoluciones sobre la tortura y otros abusos.

Hace mucho que es de dominio público que, seis días después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el presidente George W. Bush firmó un documento por el que autorizaba a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) “a establecer centros de detención para terroristas fuera de Estados Unidos”. En su autobiografía de 2007, George Tenet, el ex director de la CIA que había solicitado la autorización presidencial, recordaba que no se había pedido la aprobación formal del Congreso para este programa de detención secreta “porque estaba sometido a la autoridad unilateral del presidente”.

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