Según informes, al preso de conciencia Riad al-Turk le han aumentado el nivel de azúcar en la sangre y la tensión arterial a pesar de los controles médicos y de la administración periódica de insulina. Padece diabetes e hipertensión, y Amnistía Internacional teme que su salud se haya agravado por haber permanecido más de seis meses más bajo custodia sin acceso a su abogado.