Decenas de manifestantes detenidos tras protestas celebradas en la ciudad de Adén, en el sur de Yemen, se encuentran recluidos en régimen de incomunicación y están expuestos a sufrir tortura u otros malos tratos. Amnistía Internacional teme que se encuentren recluidos únicamente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión y reunión y sean, por tanto, presos de conciencia.